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La paradoja que desafía las leyes físicas en el corazón de los agujeros negros.


Los agujeros negros, fascinantes regiones del espacio-tiempo donde la gravedad es tan intensa que nada, ni siquiera la luz, puede escapar de ellas, plantean un enigma intrigante: ¿pueden tener temperatura? A pesar de su naturaleza devoradora y su capacidad para aislar cualquier cosa que ingrese, la teoría de la relatividad y las leyes de la termodinámica abren un debate que ha desconcertado a los físicos durante décadas.

El Origen del Debate: Schwarzschild y la Teoría de la Relatividad En 1916, Karl Schwarzschild, mientras luchaba por su vida en un hospital, presentó una solución a las ecuaciones de Einstein, revelando la existencia de los agujeros negros. El horizonte de sucesos, el límite de no-retorno, fue conceptualizado como un embudo cósmico, donde cualquier cosa que caiga se pierde irremediablemente.

La Paradoja de la Información Perdida: ¿Se Pierde Irremediablemente lo que Ingresa? El dilema surge al plantearse si la información que cae dentro de un agujero negro se pierde de manera irremisible. La velocidad de escape gravitatoria supera la velocidad de la luz en el horizonte de sucesos, implicando la pérdida definitiva de toda información.

El Rol de la Termodinámica: La Propuesta de Bekenstein En 1971, Jacob Bekenstein propuso una idea radical: el horizonte de sucesos de un agujero negro era una medida de su entropía, permitiendo aplicar las leyes de la termodinámica a estos misteriosos objetos. Sin embargo, esto condujo a una paradoja: si los agujeros negros tienen entropía, deben tener temperatura y, por ende, radiar energía.

La Entropía como Clave: Deshaciéndose del Desorden del Universo La entropía, relacionada con el desorden, según la segunda ley de la termodinámica, solo puede crecer en un sistema aislado como nuestro universo. La pregunta surge: ¿qué sucede si lanzamos entropía a un agujero negro? Aquí reside el problema, ya que las leyes termodinámicas deberían aplicarse a todos los objetos conocidos, incluidos los agujeros negros.

La Paradoja de Emitir Radiación: ¿Cómo Puede un Agujero Negro que Todo Lo Absorbe, También Emitir? La propuesta de Bekenstein implicaba que los agujeros negros deberían tener temperatura y, por ende, radiar energía. Sin embargo, esta idea contradice su naturaleza absorbente. ¿Cómo puede algo que todo lo absorbe también emitir radiación?

El enigma de la temperatura en los agujeros negros persiste, desafiando las fronteras entre la teoría de la relatividad y la termodinámica. La resolución de esta paradoja podría revelar secretos fundamentales sobre la naturaleza misma del espacio-tiempo.


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