El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó por sorpresa y sin una declaración previa de guerra a la Flota del Pacífico de Estados Unidos. Y convirtió a la Bahía de Hawái en la tumba de los acorazados. Más de 350 aviones lanzaron sus bombas y dejaron un saldo de casi 2400 muertos. Todo duró menos de dos horas El 7 de diciembre de 1941 apenas empezaba el día en Hawái, las fuerzas japonesas atacaron Pearl Harbor. El Almirante Isoroku Yamamoto había dicho que la flota norteamericana en Pearl Harbor era “una daga que apunta a la garganta de Japón”.
Con el ataque, mientras dilataban las negociaciones de paz, Japón pretendía sacar ventaja del factor sorpresa e inutilizar la flota de Estados Unidos en el Pacífico para que demorara al menos un año en poder entrar en acción. Y forzarlos a ingresar en la guerra, algo que a esa altura se veía como inevitable. El ataque produjo graves daños a los norteamericanos. En menos de dos horas tuvieron 2.335 muertos, 15 buques fueron hundidos o gravemente averiados y 188 aviones fueron destruidos. Fuente: Infobae.com
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