Después de que se extrajera hielo del monte Kilimanjaro en el año 2000, los científicos comenzaron a analizar estas valiosas muestras. Pero cuando investigaron lo que se había obtenido de este emblemático lugar, los expertos encontraron algo completamente inesperado y sorprendente. El hielo no solo nos cuenta una infinidad de cosas sobre cómo nuestro planeta ha cambiado a lo largo de los milenios, también parece que los fragmentos podrían ser evidencia en apoyo de un pasaje bíblico famoso en el Libro del Génesis.
Dicho esto, los núcleos de hielo, incluidos los del Kilimanjaro, a menudo pueden arrojar luz sobre eventos en la historia. Los científicos extraen los núcleos perforando glaciares y capas de hielo alrededor del mundo, desde los trópicos hasta las regiones polares, a mano o con maquinaria especializada. Y como esas capas perforadas pueden llegar a profundidades superiores a las dos millas, los elementos de ese hielo pueden haber estado en el planeta hasta por 800.000 años.
De esa manera, los núcleos de hielo pueden proporcionar información clave sobre las condiciones climáticas anteriores en nuestro planeta. Pero eso no es todo. En algunos casos, los núcleos también pueden ayudarnos a comprender eventos en la historia de la humanidad para los que no existe documentación. Y, en ocasiones, pueden probar que historias como las que lees en la Biblia realmente tienen alguna base.
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