FUENTE: BBC.com
La guerra en Ucrania dio un giro clave el pasado 19 de abril.
Tras una primera fase en que fuerzas rusas atacaron masivamente las principales ciudades ucranianas al unísono, los esfuerzos de la ofensiva lanzada por Vladimir Putin se reconcentraron en la región oriental de Donbás, donde pretende capturar "el mayor territorio posible" bajo la justificación de defender a la población rusófona.
Un cambio de escenario que también vino acompañado de nuevas estrategias militares por parte de las fuerzas invasoras.
Si la primera etapa se caracterizó por los intentos de abrirse paso rápidamente con bombardeos, artillerías de largo alcance y largos convoys de tanques como sucedió sin éxito en la capital Kiev, por ejemplo, ahora esta segunda etapa está implicando un avance más metódico.
"Un ataque mucho más despacio que espera no solo capturar, sino mantener territorios y minimizar pérdidas", analiza para BBC Mundo Mathieu Boulegue, experto en asuntos militares rusos del Instituto Chatham House en Londres, Reino Unido.
Una nueva estrategia que, debido a la consistente resistencia ucraniana y sus contrataques, parece encaminarse a un punto muerto y vislumbra una guerra más larga de lo esperado.
Mismo objetivo, diferentes métodos
Desde el punto de vista de Rusia, el objetivo principal de la guerra no ha cambiado: "Destruir y romper la soberanía de una Ucrania libre", menciona Boulegue.
"Conseguir tanto territorio como posible, retenerlo bajo su zona de control e influir en sus decisiones políticas futuras", agrega el experto.
Pero la guerra "relámpago y en varios frentes" que había intentado Rusia cosechó muchos menos frutos de lo esperado.
Ucrania resistió de una forma no prevista por el Kremlin, según coinciden los expertos en la materia. El convoy de tanques que amenazó Kiev durante semanas tuvo que retirarse y reagruparse.
Ninguna ciudad importante ucraniana, salvo Jersón, cayó bajo control invasor. Rusia sufrió bajas militares significativas, tal y como reconoció el Kremlin.
"En la primera fase los rusos se precipitaron, mantuvieron cuatro o cinco frentes abiertos y no usaron su artillería de forma efectiva", explica a BBC Mundo Lawrence Freedman, profesor emérito de estudios de guerra del King's College de Londres.
El académico enumera varios de los errores rusos: "Fracasaron en su intento de crear superioridad aérea. Luego, quisieron tomar Kiev demasiado rápido, con muchos ucranianos dentro de la ciudad que les burlaron. ¿El resultado? Problemas con la logística y tanques abandonados en las calles por miedo a las emboscadas".
"Todo fue muy incompetente", concluye.
Por ello ahora Rusia ataca con más cautela. Da un paso detrás de otro. Se acabó lo de mantener varios y enormes frentes abiertos.
Qué tácticas está utilizando Rusia ahora
Los expertos coinciden en definir la nueva estrategia de Rusia como más metódica y tradicional.
"Podríamos describirla como una especie de captura y retención del territorio conquistado, un avance más lento. Pasaron de los ataques con artillería de largo alcance a empujar más sobre el terreno, en corto", apunta Boulegue.
"Identifican dónde atacar, utilizan la artillería, empujan entonces con la infantería y luego se preparan para defender", complementa Freedman.
Desde el punto de vista militar y lógico, esta estrategia tiene más sentido para los expertos y, de haberse aplicado desde un comienzo, quizás Rusia habría tenido más éxito en sus objetivos sobre el campo de batalla, inciden.
De hecho, desde el servicio ruso de la BBC apuntan a que gracias a la nueva estrategia los rusos están consiguiendo ciertos avances en el Donbás y también están minimizando las pérdidas sufridas en la primera etapa, aunque para los especialistas puede que ya sea demasiado tarde para el Kremlin.
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