El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, hizo un apremiante llamado a la comunidad internacional durante su discurso en la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que pidió colaboración para la acogida de miles de migrantes venezolanos que han buscado refugio en su país.
El mandatario ecuatoriano destacó que Ecuador había logrado registrar a más de 201,000 ciudadanos extranjeros, la mayoría de ellos venezolanos, como parte de un proceso de registro de permanencia migratoria. Estos ciudadanos llegaron a Ecuador huyendo de la crisis humanitaria y el autoritarismo que enfrenta Venezuela. Lasso reafirmó su compromiso de proporcionarles un futuro seguro y garantizar todos sus derechos.
A pesar de su enfoque en la política de puertas abiertas para los migrantes, el presidente reconoció la importancia del apoyo internacional para continuar brindando asistencia. "Nuestra acción ha sido coherente y solidaria, y de ella humildemente esperamos reciprocidad", declaró Lasso, aludiendo a los desafíos que representa la creciente población migrante en el país.
Lasso también destacó que, después de 31 años, Ecuador ha regresado al Consejo de Seguridad de la ONU, enfatizando la necesidad de abordar cuestiones críticas en un contexto mundial complejo. Mencionó la vulnerabilidad global posterior a la pandemia y conflictos inesperados que han aumentado las tensiones nucleares.
En su opinión, Ecuador ha estado a la altura de estos desafíos al seguir los principios de la Carta de las Naciones Unidas, priorizando la resolución pacífica de conflictos y la protección de civiles, además de combatir el tráfico ilegal de armas. Destacó que sus acciones también se han centrado en enfrentar nuevas amenazas, como el crimen organizado transnacional que socava la estabilidad democrática, la seguridad ciudadana y el Estado de Derecho.
El presidente Lasso dedicó parte de su discurso a abordar las consecuencias de la guerra rusa en Ucrania, advirtiendo que este conflicto tiene un impacto global significativo, incluida la inseguridad alimentaria y la desestabilización económica en los países en desarrollo.
Además, el mandatario celebró el éxito de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico. Señaló que en los últimos dos años, Ecuador ha incautado más de 500 toneladas de drogas, superando ampliamente las cifras de gobiernos anteriores. Subrayó que las Naciones Unidas reconocieron que Ecuador es el tercer país del mundo en incautar drogas, después de Estados Unidos y Colombia.
Lasso reconoció que esta lucha contra el narcotráfico no está exenta de riesgos, citando el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien había abogado por una política más dura contra el narcotráfico. Subrayó la importancia de abordar el crimen organizado transnacional, que socava la estabilidad democrática y ha contribuido a un repunte de la violencia en el país.
El presidente finalizó su discurso enfatizando que la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas, el comercio ilegal de armas, la migración forzada y la minería ilegal son desafíos que afectan a una gran parte del planeta. Instó a la comunidad internacional a trabajar en conjunto para abordar estos problemas y subrayó la necesidad de crear políticas conjuntas efectivas para combatir las organizaciones criminales. "Si no luchamos juntos, lo seguiremos sufriendo en soledad", concluyó Lasso, subrayando la importancia de la cooperación internacional en la futura supervivencia de los Estados.
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