El horrendo feminicidio de Letty Cando ha sacudido a Ecuador y ha reavivado la urgente necesidad de abordar la violencia de género en el país. La joven enfermera de 33 años, residente en Quito, fue violada, apuñalada tres veces en el corazón y brutalmente descuartizada por su agresor, quien posteriormente intentó ocultar los restos en una zona pantanosa del parque Guangüiltagua, al norte de la capital, en la madrugada del 3 de septiembre. Este atroz acto es el último ejemplo de una escalada de violencia de género que ha dejado a la sociedad ecuatoriana consternada.
La alarmante cifra de 362 crímenes contra mujeres en lo que va del año 2023 refleja la magnitud del problema de la violencia de género en Ecuador. Letty Cando, una trabajadora responsable y comprometida, desapareció misteriosamente, lo que alertó a sus colegas y amigos. La trabajadora social de su hospital denunció su ausencia después de que Letty no se presentara a trabajar durante tres días consecutivos. En su denuncia, la trabajadora social destacó la preocupación por la falta de comunicación de Letty, quien había salido la noche anterior con una amiga.
Los hechos que rodearon la desaparición de Letty revelan una tragedia espantosa. La joven conoció a su agresor, Jhonny Caiza, en un bar esa misma noche, a través de amigos en común. Cuando la amiga de Letty se sintió mal y abandonó el lugar cerca de la medianoche, la fiesta continuó en la casa de Caiza en el sector de Bellavista, cerca del parque Guangüiltagua. Las cámaras de seguridad registraron a Caiza llevando a Letty a su casa, aunque aún se investiga si la joven fue drogada en ese momento.
Mientras Letty permanecía inconsciente en la casa del agresor, los otros hombres continuaron bebiendo en la calle por un corto período de tiempo. Sin embargo, cerca de las dos de la mañana, Caiza realizó cuatro viajes hacia el parque Guangüiltagua, llevando consigo misteriosos bultos en su espalda. Estos viajes despertaron la sospecha de las autoridades, y en el último viaje, llevando una pala, demoró considerablemente más tiempo. Esta evidencia fue crucial para su detención y posterior confesión, donde admitió haber asesinado a Letty y haber enterrado su cuerpo desmembrado en el parque.
El agresor proporcionó detalles precisos sobre la ubicación donde ocultó los restos de la joven enfermera, originaria de Loja, una provincia al sur de Ecuador. Los investigadores quedaron impactados por la meticulosidad con la que Caiza había desmembrado y enterrado el cuerpo. Esta conducta atroz es inusual incluso para los perfiles criminales más extremos.
La Fiscalía de Ecuador ha iniciado una investigación contra Jhonny Caiza, quien actualmente está detenido bajo la sospecha de desaparición involuntaria con resultado de muerte. Sin embargo, este cargo podría ser modificado a feminicidio, que conlleva una pena de hasta 34 años de prisión. La investigación también incluirá el testimonio de una de las sobrinas de Caiza, quien alega haber sido víctima de violación por parte del agresor desde los nueve años. Además, se han encontrado en la casa de Caiza la cartera de Letty, así como restos quemados de su ropa y otros fragmentos de prendas de mujer que serán sometidos a análisis de ADN para determinar si existen otras víctimas.
El feminicidio de Letty Cando ha generado una profunda indignación en Ecuador y ha puesto de manifiesto la necesidad apremiante de abordar la violencia de género en el país. Las autoridades, la sociedad civil y la comunidad en su conjunto deben unirse para combatir esta epidemia de violencia que cobra vidas y traumatiza a innumerables familias. Es esencial que se tomen medidas concretas para garantizar que las mujeres puedan vivir libres de miedo y violencia en Ecuador y en todo el mundo.
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