FUENTE: muyinteresante.es
Las excavaciones empezaron en julio del año pasado, como parte de la intervención de emergencia previa a la construcción de un nuevo tramo de la A 428, en Bedfordshire, Inglaterra, llamado Campo 44.
Originalmente, los restos fueron encontrados mientras se realizaban obras de ampliación en la carretera A 428. Los albañiles, por accidente, se encontraron con vestigios arqueológicos invaluables.
Al excavar, un equipo de arqueólogos del museo de arqueología de Londres (MOLA) encontró una serie de vasijas que fácilmente podrían ser vasos antiguos y un horno secar granos.
Intrigados por la serie de artículos encontrados en el espacio, los investigadores británicos sugieren que éste pudo haber sido una antigua cervecería de la época romana.
Las excavaciones revelaron restos de una fábrica utilizada para producir cerveza. Así lo documentaron los medios locales: «como sólo se permite que germinen grandes cantidades de granos cuando el objetivo es producir malta, esto sugiere fuertemente que las personas que vivían en el asentamiento estaban involucradas en la producción de cerveza»
Conforme la investigación avanzó, los arqueólogos dataron los restos entre la edad media del hierro en la prehistoria, hasta el período romano tardío. Por ello, según los cálculos preliminares, lo más probable es que el sitio tenga alrededor de 2 mil años de antigüedad.
Los arqueólogos recogieron muestras de tierra, y tras procesarlas en una serie de tamices y filtros descubrieron flotando en la superficie unas pequeñas bolas negras que solo podían ser granos carbonizados por la acción del fuego.
Mediante el mezclado con agua y su paso por una serie de filtros se puede recuperar la materia orgánica de cualquier tipo de sedimento. Este hallazgo demostraba que el horno se había usado para tostar grano, que al ser observado bajo el microscopio resultó ser espelta a medio germinar igual que la usada en la elaboración de la cerveza.
"Como solo se permite que germinen grandes cantidades de granos cuando el objetivo es producir malta, el primer paso en el proceso de elaboración de la cerveza, esto sugiere fuertemente que las personas que vivían en el asentamiento estaban involucradas en la producción de cerveza", dijo en un comunicado un portavoz de MOLA. "Es probable que los granos germinados se hayan quemado accidentalmente, pero este antiguo error ha beneficiado a nuestra investigación", concluyó el portavoz.
Por ahora no han aparecido otras estructuras cerveceras (como cubas de mezclado y fermentación), por lo que se cree que la espelta sería cultivada en el lugar, tostada y exportada a otras instalaciones, que se encargarían de convertirla en cerveza. Al mismo tiempo, el horno se emplearía para secar trigo o cebada para impedir que se pudriera durante su almacenamiento.
De acuerdo con los investigadores, esta antigua ‘cervecería romana’ en Inglaterra estaba acompañada por un taller de creación cerámica.
Además de cultivar y procesar ahí mismo los granos para las bebidas alcohólicas, parece ser que los pobladores de Bedfordshire también fabricaban sus propios ‘pints‘ cerveceros y otros artículos.
Los arqueólogos determinaron lo anterior a partir de la tierra rojiza del sitio. Según los análisis, esto indica el punto en el que se levantaba la cámara de combustión en la que se cocían las vasijas.
El gran número de vasijas mal cocidas descubiertas en el lugar ha permitido fechar este taller entre el 150 y el 400 d.c.
También identificaron grandes fragmentos de una vasija de cerámica llamada ánfora durante nuestras excavaciones. Las ánforas son grandes recipientes que suelen utilizarse para contener líquidos. Vienen en muchas formas diferentes y se pueden usar para reconstruir dónde se hicieron y qué había dentro de ellos. El ánfora encontrada en el campo 44 es de un tipo llamado 'dressel 20', producido en el sur de España a lo largo del río Guadalquivir.
En la época romana esta región era famosa por la producción de aceite de oliva, que se comercializaba en todo el imperio romano. Como resultado, las ánforas dressel 20 se encuentran a menudo en sitios romanos, especialmente en las provincias occidentales. El ejemplo del campo 44 sugiere una conexión interesante entre este sitio rural en Bedfordshire y España.
Este no es el único objeto que viajó un largo camino hasta el campo 44. Se encontraron fragmentos de cerámica samian, un tipo de cerámica romana fina con una superficie lisa y un color naranja brillante. Podría haber sido producido en la Galia (Francia moderna), lo que sugiere otra conexión con el continente.
La hipótesis se confirmó después de que se encontraran los cimientos del horno utilizado para estos fines.
Este horno de mayor tamaño se dividía en una cámara de combustión cerrada herméticamente y un pequeño túnel de alimentación en cuya entrada se encendía el fuego.
De la misma manera, debajo de la carretera se encontraron objetos como pesos, monedas y un anillo de plata, que demuestran que en el lugar se realizaban intercambios comerciales, como parte de una economía globalizada que trajo al yacimiento ánforas de aceite del sur de Hispania y cerámica de mesa importada de la Galia.
Además de monedas, los romanos usaban metales preciosos, como los fragmentos del anillo encontrado durante las excavaciones, para comprar y vender todo tipo de productos.
Se trataba así de un próspero centro industrial, que alcanzó su apogeo en el siglo IV D.C. antes de las invasiones bárbaras que arrasaron a Britania, concluyen los autores en un comunicado.
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