En una comparecencia ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, la ministra de Energía de Ecuador, Andrea Arrobo, anunció la suspensión de los apagones durante las festividades de diciembre. La medida, aunque destinada a aliviar la situación energética del país, ha generado debate sobre su idoneidad técnica.
Arrobo admitió la crisis energética que enfrenta Ecuador y cuestionó las decisiones tomadas en torno a los racionamientos eléctricos. La ministra señaló que anunciar la suspensión abrupta de los apagones puede ser políticamente adecuado, pero no es la mejor opción técnica. Explicó que ciertas industrias requieren una preparación anticipada para asegurar un flujo energético constante en sus operaciones, lo que hace que la decisión de suspender los apagones sea más política que técnica.
A pesar de las críticas, el gobierno tiene previsto suspender los apagones a mediados de diciembre, justificando la decisión con la mejora en los embalses de Mazar y Paute, dos importantes hidroeléctricas que normalmente generan 1,300 megavatios. La ministra instó a la población a un uso responsable de la electricidad para mantener la suspensión hasta el retorno de las lluvias y el fin del estiaje.
José Alvear, experto económico, considera la medida como un gesto solidario hacia los comerciantes que dependen fuertemente de las ventas durante las festividades. Sin embargo, advierte que la suspensión debería extenderse durante todo el mes para ser más efectiva.
En contraste, Jorge Luis Hidalgo, experto en energía, destaca la importancia de evitar apagones, aunque reconoce que alguien deberá asumir los costos asociados con garantizar el suministro. Aunque no es la solución técnica ideal, Hidalgo subraya que es lo que la población necesita.
La ministra Arrobo describió la situación energética actual como "en terapia intensiva", comparándola con un paciente grave que requiere un plan elaborado. Criticó la falta de concreción de las soluciones propuestas por la administración anterior y señaló contratos con proveedores de energía que no se cumplirán según lo prometido.
En particular, Arrobo mencionó contratos para la provisión de energía que se retrasarán hasta 2024 y la falta de previsión ante el estiaje, que ha llevado al país a una situación crítica. También expresó preocupación por el aumento de las tarifas de energía comprada a Colombia, que ha experimentado un alarmante aumento del 35%.
En resumen, la suspensión de apagones anunciada por la ministra Arrobo ha generado debate sobre su idoneidad técnica, pero se presenta como una medida necesaria para mantener la estabilidad económica durante las festividades. La situación energética del país, según Arrobo, requiere un plan integral para su recuperación.
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