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Falta de fármacos se extiende a pequeñas ciudades de Ecuador.



Una acera de la avenida 24 de Mayo se convirtió en una sala de espera para Grace Caicedo. Al mediodía del viernes 15 de julio caminó de una esquina a otra con una bata maternal, medias y pantuflas.


El bullicio de esta calle céntrica de Milagro (Guayas), donde está el hospital León Becerra, no le molestó. Todo a su alrededor se silenciaba cuando sentía de golpe las punzantes contracciones.

“Los médicos me dicen que espere, pero ya no puedo con el dolor ni el sangrado”, dijo la joven de 24 años y 40 semanas de gestación.


Era el cuarto día que visitaba esta unidad del Ministerio de Salud (MSP), que no solo atiende a los 199 000 habitantes del cantón sino también de localidades aledañas que tienen centros más básicos.


Caicedo contó que rogó por atención y algún suero para apresurar el parto. Pero solo la enviaron de regreso a casa “a reposar”.


Las quejas se repiten en la vereda. Teresa Muñoz tuvo que comprar losartán para su nuera con presión arterial luego del parto.


“Ni eso hay que no pasa de USD 0,10”, reclamó porque llevaba gastando unos USD 35 diarios desde que la ingresaron.


El déficit de fármacos e insumos repercute en las unidades públicas de salud de localidades distantes de las grandes ciudades.


Los pacientes también hablan de falta de personal, de escasos reactivos para realizar pruebas, derivaciones que tardan y equipos para análisis averiados.


Desde fines de mayo este Diario ha pedido información al MSP sobre la situación de los hospitales en el país, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.


Pacientes sin recetas

Paulo Sosa no tendrá un diagnóstico hasta que complete los análisis que le enviaron. Pero el hospital José Cevallos Ruiz, del MSP en Yaguachi (Guayas), solo cubrió los más básicos; el resto quedó en espera hasta que arreglen algunos equipos de laboratorio.


“Y en medicinas no hay casi nada, puro paracetamol”, reclamó al salir del área de Consulta Externa. Esta unidad básica atiende además a recintos cercanos de otros cantones. Cuando no cuentan con algún servicio les piden viajar a Guayaquil o a Babahoyo, ambas ciudades a 40 minutos de distancia.


Tampoco les dan recetas para no revelar el déficit. Ingrid Duarte salió con un pedazo de papel reciclado donde el pediatra anotó cuatro vitaminas que necesita su hija de 2 meses. “Tengo que ver cuánto cuestan para ver si las puedo comprar”.


Las derivaciones son otro problema. Milton Magallanes fue internado en junio en el Hospital Básico Vicente Pino Morán, en Daule. Sufrió un sangrado gástrico y anemia severa.


Lo estabilizaron, aunque no pudieron determinar la causa. Necesitaba una endoscopia, un servicio no disponible en ese hospital. Para la derivación a Guayaquil debía esperar que le aprueben un cupo.


Lazando soluciones


El Gobierno ha lanzado algunas estrategias para atenuar la crisis. La más reciente es Medicina Cerca, el plan de externalización de farmacias que está en fase de prueba en dos grandes hospitales de Guayaquil. Son 247 establecimientos autorizados en esta etapa para entregar 323 medicinas del Cuadro Nacional de Medicamentos Básicos (CNMB).


A la par avanza la tercera emergencia para adquirir medicinas e insumos. El MSP anunció que ya se han emitido más de 700 órdenes de compra bajo catálogo electrónico. Pero no todos los medicamentos están catalogados.

Hasta el jueves 14 de julio había 169 ítems en el catálogo, de los que han sido comprados 141; el CNMB tiene más de 800 ítems.


Como una mirada más integral, el ministro José Ruales ha propuesto enfocar su gestión en mejorar el primer nivel de atención para ampliar las soluciones. El objetivo es bajar las hospitalizaciones.


Con ese fin, en esta semana se abrió la convocatoria a 368 profesionales que trabajarán en el plan Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil. Mientras la contratación se concreta, las carencias siguen.



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