Hay cuatro áreas clave para comparar la inmunidad que proporciona una vacuna y la que se desarrolla después de la infección natural con el virus.
1. Amplitud
¿Qué porcentaje del virus aprende a atacar el sistema inmunológico?
Quienes se infectan con el virus generan una respuesta inmune mayor que la que proporciona la vacunación.
2. Fuerza
¿Cuál de las dos opciones —vacuna o inmunidad natural— detiene la infección o previene una enfermedad grave?
Sabemos que ha habido casos de personas que contrajeron el virus dos veces (reinfección) y de otras que se vacunaron y aún así desarrollaron la covid-19 (lo que se conoce como infección progresiva).
"Ninguna de las dos te brinda una protección completa contra la infección, pero la inmunidad que obtienes parece protegerte bastante bien de caer gravemente enfermo
3. Duración
¿Cuánto dura la protección?
Existe evidencia de respuestas inmunitarias que duran más de un año después de la infección y los ensayos de las vacunas también han demostrado un beneficio duradero. "En términos de durabilidad, todavía hay mucho por estudiar"
4. Localización: nariz o brazo
Existe un conjunto completamente diferente de anticuerpos, conocidos como inmunoglobulina As, en la nariz y los pulmones, en comparación con los inmunoglobulina G que medimos en la sangre.
Los primeros son más importante por su papel como barrera contra la infección.
La infección natural ocurre en la nariz, mientras la vacuna se aplica con un pinchazo en el brazo. Por eso, la posición de esos anticuerpos es clave. Ya se están investigando las vacunas nasales.
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