La dieta de una sola comida al día, un enfoque que promete pérdida de peso a través del ayuno intermitente, ha ganado popularidad como una solución rápida. Sin embargo, a pesar de sus posibles beneficios, los riesgos inherentes a este régimen alimenticio pueden superar las ventajas que ofrece.
Este plan dietético se basa en un patrón de ayuno intermitente conocido como 23:1, en el que se ayuna durante 23 horas y se consume una única comida en la ventana restante de 1 hora. Si bien hay múltiples variantes, muchas versiones permiten a las personas consumir cualquier tipo de alimento durante su única comida.
Los seguidores de esta dieta afirman que ofrece varios beneficios, como la pérdida de peso rápida sin la necesidad de contar calorías ni recurrir a "cheat meals". No obstante, se han llevado a cabo estudios mayormente en hombres, por lo que los efectos del ayuno intermitente en las mujeres pueden ser diferentes debido a sus ciclos hormonales y requerimientos nutricionales específicos.
Aunque algunas investigaciones respaldan los posibles beneficios, como la reducción de los niveles de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2 y mejoras en la salud cardiovascular, esta dieta también conlleva importantes riesgos. Algunos de estos incluyen una sensación extrema de hambre, debilidad, irritabilidad, incapacidad para concentrarse y fatiga.
Particularmente, personas con afecciones médicas subyacentes, como diabetes o hipoglucemia, deben evitar esta dieta debido a los riesgos que plantea para su salud. Además, un estudio publicado en JAMA International Medicine descubrió que el ayuno intermitente elevó los niveles de colesterol LDL (colesterol "malo") en los participantes, lo que está vinculado a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Es relevante señalar que esta dieta puede propiciar episodios de atracones y aumentar la probabilidad de desarrollar trastornos alimentarios como el trastorno por atracón, donde las personas ingieren grandes cantidades de alimentos en un corto período, incluso cuando ya están satisfechas.
La dieta de una comida al día puede no ser la mejor opción para perder peso debido a los potenciales efectos secundarios y riesgos asociados. En lugar de abrazar enfoques extremos, lo recomendable es realizar cambios pequeños y sostenibles en la dieta y el estilo de vida, adaptándolos a las necesidades y preferencias individuales. Consultar con un profesional de la nutrición o dietética es esencial, especialmente si existen condiciones médicas subyacentes que requieren atención. La adaptación de la alimentación a nuestras particularidades es clave para una salud óptima y sostenible.
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