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La operación de búsqueda del sumergible Titán ha entrado en una fase crítica.


La operación de búsqueda del sumergible Titán, que desapareció en el Atlántico Norte mientras se dirigía a los restos del Titanic con cinco personas a bordo, ha entrado en una fase crítica. Se estima que las reservas de oxígeno podrían agotarse en pocas horas, lo cual plantea una situación cada vez más complicada para los pasajeros. Aunque los guardacostas estadounidenses se mantienen optimistas, el tiempo se agota.


Los ocupantes del sumergible cuentan con oxígeno de emergencia para 96 horas, pero no se sabe con certeza cuánto tiempo durará realmente en términos de niveles de oxígeno. La situación se considera inminente y se espera que las 96 horas puedan prolongarse si se logra conservar el oxígeno. El avistamiento de ruidos bajo el agua por parte de aviones canadienses en la zona de búsqueda ha generado esperanzas y ha guiado a los equipos de rescate internacionales. Sin embargo, no se ha determinado la naturaleza de estos ruidos.


Las comunicaciones con el sumergible Titán se perdieron dos horas después de sumergirse hacia los restos del Titanic, que se encuentran a casi 4.000 metros de profundidad y a unos 600 km de la isla canadiense de Terranova, en el Atlántico Norte. A bordo del sumergible viajaban cinco personas, incluyendo al millonario británico Hamish Harding y el director general de OceanGate Expeditions, la empresa operadora del sumergible.


La operación de búsqueda involucra a cinco barcos equipados con sonares y tecnología avanzada, explorando una superficie de aproximadamente 20.000 kilómetros cuadrados a una profundidad de casi cuatro kilómetros. Varios aviones también están participando en la búsqueda desde el aire. El Pentágono ha anunciado el envío de aviones adicionales, y el robot submarino Victor 6000, enviado por el Instituto Oceanográfico francés, se ha unido a los esfuerzos de búsqueda.


Recientemente se reveló un informe que señala deficiencias en la seguridad del sumergible. El exdirector de operaciones marinas de OceanGate Expeditions mencionó en una demanda judicial el diseño experimental y no probado del Titán, y cuestionó la resistencia de ciertos componentes a la profundidad alcanzada. Además, se ha destacado el peligro inherente a la expedición y se ha recordado que los participantes firman un documento que menciona el riesgo de muerte. La inmersión a profundidades tan extremas presenta desafíos, como la pérdida de orientación y la necesidad de moverse a ciegas en la oscuridad del océano.

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