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La supervivencia de 'Homo sapiens': ¿por qué es la única especie humana que queda en el planeta?



Hace 70 000 años, Homo sapiensera una especie más entre los humanos que habitaban el planeta. De hecho, una bastante insignificante, pues no destacaba por un físico más potente ni un cerebro más grande. Sin embargo, hoy día somos los últimos humanos de la Tierra y pasamos de la cazuela de cobre al transbordador espacial en solo 3000 años. ¿Qué nos hizo diferentes? ¿Por qué se extinguieron las otras especies humanas y Homo sapiens solo hace expandirse?


¿Cuándo nos quedamos solos?

Estamos tan acostumbrados a ser la única especie humana del planeta que nos resulta difícil pensar cómo sería el mundo si lo compartiésemos con otros seres del género Homo. Y, a su vez, el hecho de ser los que hemos sobrevivido nos lleva a pensar que somos especiales, el top de la evolución. Sin embargo, cabe recordar que la extinción forma parte de la propia evolución y que originalmente nada nos hacía destacar frente a nuestros primos humanos.


El consenso científico indica que Homo sapiens salió de África hace unos 70 000 años. Saltó a la península arábiga y desde allí emprendió la colonización del resto del mundo. Pero la Eurasia de entonces ya estaba habitada por otros humanos: neandertales en Europa y denisovanos en Asia. Hace unos 40 000 años (puede que más tarde) desaparecieron todos excepto Homo sapiens. ¿Qué ocurrió?


Las respuestas son variadas, pero seguimos sin tener certezas sobre este trascendental proceso en la historia de la humanidad. Lo que está claro es que vivimos una época de excepción en la historia de la evolución, pues somos la única especie humana desde hace tan solo 40 000 años, un espacio de tiempo breve en comparación con los más de dos millones de años que en el planeta han convivido varias especies humanas.


Teorías para nuestra soledad

Hace unas décadas se pensaba que Homo sapiens había sustituido a las demás especies humanas, con las que no habría tenido entrecruzamientos, sino que se hablaba de especies incompatibles y de la posibilidad de que los contactos hubiesen sido violentos. La historia demuestra sobradamente que el ser humano moderno solo necesita cualquier mínima diferencia para sacar a relucir su intolerancia y disponerse a acabar con otro grupo de humanos. ¿Podríamos estar ante el primer y más grande genocidio de la historia?


Que la violencia haya sido parte del exterminio de las demás especies humanas sigue siendo una teoría válida y quizás aplicable en según qué contextos y circunstancias, pero sin duda, en 2010 se desechó la idea de la incompatibilidad entre los distintos humanos. Los estudios genéticos lograron secuenciar el genoma neandertal y se comprobó que las poblaciones actuales tenemos un porcentaje de ADN de los neandertales. Diversos hallazgos y estudios corroboran esta evidencia, al igual que algunas poblaciones asiáticas tienen parte de ADN denisovano. Por tanto, hubo entrecruzamiento.


La ficción nos ha hecho invencibles

Los últimos estudios posicionan a gran parte de la comunidad científica de acuerdo con la teoría que explica nuestra supervivencia al resto de humanos gracias a nuestras capacidades de comunicación y lo que ello supone para la vida en sociedad.


Está claro que salimos ganadores en la competencia por los recursos y necesidades que mantienen con vida a una especie. Si fuimos cazadores y recolectores más eficaces que las otras especies fue gracias a una mejor tecnología y habilidades sociales más desarrolladas que en ninguna especie humana.


Fuimos capaces de desarrollar un lenguaje único, capaz de transmitir información abstracta e incluso ficticia, acerca de cosas que no existen. Según el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, Homo sapiens es una especie hipersocial, superiores al resto de mamíferos por nuestra capacidad de unirnos más allá del parentesco. Hemos establecido ciertos consensos irreales como la religión, las fronteras de un país, o la pertenencia a un equipo de fútbol. “Los neandertales no tenían bandera” y eso dio ventaja a los grupos cada vez más grandes de Homo sapiens. La misma idea expuso Yuval Noah Harari cuando escribió que:


“Los sapiens pueden cooperar de maneras extremadamente flexibles con un número incontable de extraños. Esta es la razón por la que los sapiens dominan el mundo”.


Nada mejor que una cooperación infinita y flexible para superar cualquier adversidad que ponga en el camino la naturaleza y el propio devenir de la vida en la Tierra. Las características físicas unidas a la capacidad cognitiva de Homo sapiens hizo de esta especie la más apta en la evolución de los humanos. La ficción terminó por hacernos invencibles. Y esto nos ha traído hasta la situación actual en la que cada vez dominamos más capacidades casi divinas en cuanto a creación y destrucción, lo cual conlleva al gran reto de la última especie humana en la tierra:


“¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?”.

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