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Los traslados de presos dejan nuevas secuelas en las cárceles de Ecuador.



Que se diera una violenta masacre en la cárcel de Santo Domingo se preveía en todos los entornos oficiales penitenciarios, e incluso en las mismas organizaciones delictivas. Las autoridades reconocieron ayer, tras el ataque de los grupos delictivos Los Lobos y R7, que estos enfrentamientos sucederían debido a los recientes traslados de reos desde las cárceles La Roca (Guayaquil) y Turi (Cuenca).


Un total de 124 privados de libertad llegaron progresivamente al centro carcelario de la provincia tsáchila por resoluciones de la justicia, desde el pasado 6 de abril de 2022, informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI).


Las incomodidades entre los otros 1 700 detenidos que permanecen en ese presidio tomaron más fuerza cuando se enteraron que, en una de esas decisiones, estaba considerado Freddy Anchundia Loor, señalado como líder de los R7, una facción delincuencial que se dio a conocer en las cárceles.


El manabita, que registra varios procesos judiciales en su contra por asesinato, evasión, giro de cheques de cuentas cerradas, narcotráfico y otros, consiguió su remoción mediante un habeas corpus concedido el pasado 28 de abril de 2022, por un juez del Guayas. La medida judicial permitió que fuese trasladado desde la cárcel La Roca hasta el penal Bellavista de Santo Domingo. Antes, había sido retirado de la cárcel de Turi, después de liderar una reyerta contra otros rivales.

La Cartera del Interior aceptó que se conocía sobre ese fallo y que se habían emitido las respectivas apelaciones, sin efecto.


Interferencia en acciones


La Policía y el SNAI reiteraron que estos enfrentamientos tienen sus orígenes por las disputas entre bandas delincuenciales, que han dejado 490 víctimas entre 2015 y mayo de 2022. Y a estas se suman las 44 recientes que dejan un saldo de 534.


Pero también dicen que las decisiones judiciales inciden en estos hechos violentos. El director del SNAI, Pablo Ramírez, señaló que esas medidas de los jueces impiden la administración de los CRS, de acuerdo con el nivel de peligrosidad y seguridad. Ramírez también increpó que esos traslados se hayan realizado, considerando que el CRS de Santo Domingo tiene un hacinamiento evidente. La cárcel fue construida para acoger a 1 100 personas y ahora tiene 1 700.


Los Lobos ya temían lo peor cuando la noche del último domingo, a eso de las 18:00, tres personas fueron reportadas como asesinadas en la Y de la vía del Placer del Toachi, en territorio tsáchila. Agentes de Criminalística fueron al lugar y encontraron los cadáveres seis horas después, con diferentes cortes en sus cuerpos. Luego, los desconocidos los arrojaron hacia unos matorrales de la malograda vía.


Según las primeras investigaciones, uno de los asesinados es el padre de una mujer que es parte de la organización R7. El esposo de la fémina, que también integra el grupo delictivo, permanecía recluido en la cárcel tsáchila, donde cumplía una pena de 25 años por asesinato.


Ayer, la joven conviviente buscaba información sobre el estado de salud de su cónyuge, a quien solo prefirió identificar como Julio L. A su lado, otras mujeres decían que la actuación de Los Lobos es un hecho de traición, porque como R7 se encontraban en una tregua.


Hace poco menos de un mes hubo un intento de amotinamiento en la cárcel Bellavista, cuando los detenidos rechazaron esos ajustes en la población carcelaria. Entonces solo se observó una estela de humo en el cielo y la manifestación no pasó a mayores. En todo caso, la alerta ya estaba dada en el interior de la cárcel de la provincia tsáchila.



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