FUENTE: elcomercio.com
Mauricio Toapanta, fisioterapeuta, fue una de las personas que presenció el siniestro ocurrido en el sector de Guayllabamba, en Quito, el sábado 27 de mayo de 2023.
Él junto a otros profesionales de la salud que eran usuarios de los vehículos que circularon por la zona brindaron primeros auxilios y ayuda a los heridos.
El siniestro que afectó a 23 vehículos dejó como resultado 20 heridos y tres personas fallecidas.
Testimonio
"Nosotros teníamos programado un viaje a Otavalo con mis cuñados y mis suegros aprovechando el feriado. Por circunstancias nos adelantamos en la camioneta de mi cuñada y bajábamos despacio por la ruta Collas hasta que nos den el encuentro.
Pasamos el puente de Guayllabamba, rebasamos a un auto y volvimos a tomar el carril derecho. La idea era poder ir suave para ir en caravana con la familia.
Ni bien terminamos de tomar la curva empezamos a escuchar un pito constante y desesperado del conductor del tráiler que veía atrás.
En cuestión de segundos se dio el accidente. Fue un estruendo gigantesco, vimos que se alzó una nube de polvo y comenzó a sonar el impacto de los autos. Casi de inmediato nosotros también frenamos. Yo pensé que había parado el auto de forma suave y solo me orillé. Ahora viendo las cosas frené a raya.
Me acuerdo que en ese momento le dije a mi esposa: 'gorda, me parqueo' y ella me dijo 'sí hazte a la derecha'. No fue nada tranquilo porque apenas a 20 metros de donde estábamos se encontraba el primer auto de una de las primeras víctimas mortales.
Cuando yo me parqueo, por así decirlo, le digo a mi esposa 'gorda me bajo a ayudar' y ella me dice 'sí bájate y ayuda en lo que puedas'.
Yo soy fisioterapeuta, pero soy especializado en varias ramas de la medicina. Tengo preparación para hacer reanimación cardiopulmonar, tengo preparación para asistir en emergencias. Utilizando esos conocimientos me bajé y comencé a ayudar.
Cuando yo me bajo del auto, las primeras personas que veo y me bajo a ayudar son las personas de un volkswagen gris que estaba una señora con su hijita.
Al momento en el que yo me acerco al auto veo que la señora estaba en condiciones críticas y estuve acompañado de otro profesional de la medicina y estuvimos tratando de ayudar. Pero al momento de verle a la nena ella ya dio su último aliento.
En ese momento no teníamos el instrumental ni las herramientas necesarias para poder sacarles. Cuando veo esa situación lo único que digo y hago es pedir que me presten una toalla y una gorra para dejarle a la señora lo más cómoda posible para que respire y no les movimos.
Habría sido un error moverles en ese momento que no teníamos el mobiliario necesario. La señora estaba atrapada contra la puerta del auto.
Yo bajé de ahí y comencé a buscar gente y a preguntar que dónde están los heridos que me digan en qué parte se encuentran.
Yo no estuve solo, pues en ese momento se sumó un médico, una veterinaria, un odontólogo y un estudiante de medicina que prestaron su ayuda. En conjunto se logró hacer un plan y gracias a Dios ellos me permitieron tomar la batuta para comenzar a organizar.
Yo me paseaba de lado a lado buscando a los heridos. Más abajo hubo un niño que salió volando y estaba roto la cabeza, pero no estaba crítico. Los padres estaban en shock de verlo así y bueno les calmamos y dimos una asistencia inicial y continuamos.
Ese escenario era apocalíptico, yo jamás durante todos los años que llevo como profesional de salud había visto un accidente así.
La desesperación de la gente fue latente, nosotros pasábamos encima de los vidrios para poder a atender a las personas. Comenzamos a estabilizarlas y moverlas para poder tenerles clasificados, de tal modo que las ambulancias lleguen y se los lleven de una.
Nos encontramos con un señor con la mano mutilada, para contener la hemorragia le habían hecho un torniquete. Nosotros sacamos el torniquete y le hicimos un vendaje con algo que encontramos para estabilizarlo y esperar que lleguen las ambulancias y paramédicos.
Las ambulancias no llegaban, entonces, en medio de todo el caos llamo al 911 y la chica que me atendió me dice que están ya con más de 200 reportes.
Yo me identifico y le digo que soy Mauricio Toapanta, profesional de la salud, le doy mi código de salud y cuando la chica escucha eso y el reporte de lo que habíamos visto me dice: por Dios digan a los carros que están en el camino que se abran y dejen pasar a las ambulancias, eso fue lo primero que pasó. No fue que el ECU 911 se demoró.
La gente se bajó a grabar y comenzaron a transmitir en vivo por redes sociales y provocaron que el paso siga cerrado para los vehículos de emergencia.
Las ambulancias no llegaban y comenzamos nuevamente a organizarnos para atender a las personas siguiendo protocolos de salud mundial.
Más gente se sumó y empezaron a dar agua y limpiar las heridas. Logramos hacer un mapa de heridos para que cuando lleguen los paramédicos puedan atender a los pacientes lo más rápido posible y llevarlos.
Nosotros dejamos a los pacientes críticos en sus sitios, pero lamentablemente otras personas los habían movido del lugar. Del primer auto siniestrado habían sacado ya a la señora y a la niña que había fallecido y las dejaron en la vereda.
Mi cuñada vio que la señora afectada estaba consciente y fue una de las primeras trasladas a una casa de salud.
Yo seguí bajando poco después de haber atendido al señor que estaba con la mano mutilada y me dirigí hacia el tráiler porque había un chofer y no sabíamos si había gente bajo el vehículo.
Al momento en el que yo voy al tráiler un señor me dice 'está acá el chofer del tráiler y aún no ha salido'. Entonces yo me lanzo por encima de los hierros y vidrios casi por el cabezal y veo que el señor empieza a salir y ayudé.
En ese momento la gente quiso linchar al conductor, en lugar de ayudarle, yo me puse al frente y dije que dejemos eso de lado que hay más gente que ayudar.
Tomé al conductor y él nunca quiso escaparse. Eso debe quedar claro, por Dios, él nunca quiso escaparse y yo solo le pregunté el nombre, que ahora no recuerdo.
Él se bajó y me dice 'no fue mi culpa, se me reventaron los frenos, yo quise frenar, puse el freno de emergencia y no pude contener y controlar al camión. Solo pité y pité para que la gente se mueva y no todos se hicieron a un lado y ya me di contra el parterre'.
Enseguida evalué al señor y tenía un fuerte traumatismo en la pierna. El conductor estaba en shock por el accidente y por todo lo que le podía pasar.
El conductor tomó su celular y llamó a reportar el siniestro a su base para decir que se accidentó. Él nunca quiso irse.
La gente que estaba grabando quisieron agredir al señor y les pedí que no lo hagan que hay que ayudar a más gente. Yo lo dejé al señor ahí y le dimos agua.
El personal de la empresa a la que pertenecía el tráiler se acercaron la zona a tomar fotos para el seguro del carro, mas no a preguntar lo que le había pasado al chófer y a la gente que estaba ahí.
La gente que estaba ahí corrió para ayudar, con chompas, agua y botiquines de los autos. Nosotros empezamos a subir y en medio de eso vimos que en otro auto estaba otro señor que había fallecido y vi a una persona que estaba intentando revivirle.
Yo me acerqué y le dije permíteme que yo estoy preparado. La persona se hizo a un lado y yo junto a un médico comenzamos a hacer RCP, pero lamentablemente el señor no reaccionó, estuvimos haciendo reanimación entre siete y 10 minutos.
Cumplimos con todos los protocolos, pero lamentablemente el señor no reaccionó. Procedimos a taparlo y cerrarle los ojos.
La hija que estaba ahí vio todo y yo le dije que no pudimos hacer nada. Con lágrimas en los ojos le dije que yo quise hacer más y no pude. Dar esa noticia fue tenaz.
Abracé a la hija y le dije: mija perdóname, solo perdóname hicimos todo lo posible y lo dejamos cubierto al señor y continuamos ayudando.
Llegaron ya los paramédicos, casi a la media hora, una de ellas era Carolina estaba impactada, creo que nunca había presenciado un accidente de tal magnitud. Ella se presentó y yo le dije quién soy y le reporté todo lo que había pasado.
Ellos empezaron a intervenir con los heridos y yo subí nuevamente y le encontré a la niña que había fallecido del primer auto sobre la vereda y yo solamente le pedí perdón a la nena porque hubiese querido hacer más.
Junto a los paramédicos empezamos a movilizar a los pacientes con camillas y con todo lo que había en 15 minutos.
Los paramédicos y policías estaban impactados y nos dieron las gracias. Yo solo les dije que Dios les pague por llegar y ayudar porque nosotros no teníamos nada.
Doy gracias a Dios que solo van tres muertos, porque pudieron ser decenas. Ya cuando iba todo acabando Carolina me dijo que gracias y le dije que debemos estar preparados para todo en la salud.
Hubo un momento en el que yo no sabía qué hacer. Me puse a pensar y me di cuenta que estuve a pocos metros de ser atendido, de ser yo la víctima y yo no sé qué habría sido si algo le pasaba a mi esposa.
Cuando todo terminó me fui a un costado con mi esposa que la encontré con mi cuñada y nos dimos un abrazo. Yo me quebré y pedí perdón a todos por no haber podido salvar a las personas. Tomé un poco de agua y seguí de pie hasta que se fue el último paciente.
Yo no necesito ningún reconocimiento, yo ayudé y actué con las personas como si fueran de mi familia. "
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