FUENTE: DW.com
Con una visita a la conflictiva y selvática región de Putumayo, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, termina una semana de encuentros y acuerdos con Ecuador y Colombia.
Se trata de nuevos acuerdos para fortalecer la cooperación en la lucha contra el crimen organizado y la violencia que implica tanto para la región latinoamericana como para Europa.
Momento clave
Según especialistas, el momento de este viaje es clave. Por un lado, en Ecuador se ha intensificado la violencia originada en el narcotráfico y el crimen organizado; y, por otro, en Colombia, el nuevo gobierno apuesta por un cambio de la política antidroga, a nivel internacional.
Sobre la estrategia de "Paz total" del gobierno de Gustavo Petro, la comisaria Johansson tuiteó: "Negociar con organizaciones criminales es una propuesta ambiciosa, que conlleva retos. La seguiremos de cerca, pero también somos conscientes de que las políticas pasadas no han tenido éxito".
También el aumento sin precedente del tráfico de cocaína, según decomisos, tanto en América del Sur como en Europa, ha dejado claro que es hora de aceptar que las políticas anteriores no han dado resultados. Según fuentes europeas, si bien los proyectos y acciones conjuntas con la región sí han dado fruto, a todas luces eso no es suficiente.
Flujos ilícitos al más alto nivel
En ese sentido va el nuevo proyecto piloto que la Unión Europea lanza con Colombia: una cooperación con Europol para intercambiar información destinada a llegar al nivel más alto de los grupos criminales.
Desde la delegación de la UE en Bogotá se informa que el centro de intercambio, anunciado por la comisaria Johansson en Bogotá, permitirá investigaciones comunes contra blancos de alto nivel, lavado de dinero y otras actividades criminales transnacionales. También con Ecuador se aspira a avanzar en un acuerdo que permita el intercambio de datos personales con Europol.
En el escenario de la cumbre
Teniendo en el horizonte la Cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) -que tendrá lugar en el mes de julio en Bruselas-, el tema de la seguridad y el crimen organizado está alto en la agenda y en el interés común.
Un aspecto fundamental de una cooperación efectiva en ese sentido es el tema de los flujos de dinero del crimen organizado. "Los paraísos fiscales a los que lleva ese dinero los protegemos nosotros, los europeos. También Estados Unidos y Reino Unido”, recordaba esta semana el eurodiputado Javier Nart, en relación con el control de la criminalidad y los flujos ilícitos que salen de América Central.
"El narcotráfico está inundando los países de América Latina, pero también está incidiendo en el incremento de la violencia en países europeos”, dijo a DW Izaskun Bilbao, vicepresidenta de la Delegación para las Relaciones con los Países de la Comunidad Andina.
"Si tenemos en cuenta que los puertos que reciben toneladas de drogas procedentes de estos países son Amberes, Rotterdam y Valencia, nos damos cuenta que el problema es global y no se resuelve país por país”, subrayó la eurodiputada. Cabe recordar que en octubre de 2022, Alemania, Francia, España y Bélgica se juntaron en una "Coalición contra el Crimen Organizado", previendo involucrar a América Latina.
Cooperación de puerto a puerto
Con esa óptica debe entenderse la visita de la comisaria Johansson al puerto ecuatoriano de Guayaquil, acompañada por la ministra belga de Interior, Annelies Verlinden. "Colaboración de puerto a puerto para combatir el crimen organizado. Desde Amberes a Guayaquil”, decía el tweet de la comisaria.
Cabe recordar que el puerto belga de Amberes es el principal destino del tráfico de cocaína a la UE. Según datos de las autoridades belgas, la mitad de la cifra récord de 110 toneladas incautadas en 2022 en ese puerto belga procedieron de Guayaquil.
Tanto a especialistas como a autoridades europeas, les queda claro que si Colombia es el principal productor, Ecuador se ha convertido en el principal exportador de la droga hacia Europa. A partir del acuerdo firmado en Quito esta semana, habrá un enlace permanente entre la Policía belga y la del país andino.
Como fuere, la visita europea concluye en la región de Putumayo, donde, según datos de Naciones Unidas, en 2021 se registraron 32.000 hectáreas de cultivos de coca, un 45% más que en el año anterior. En esa región fronteriza se evidencia el mayor desafío para Colombia: no hay una política de erradicación para el pequeño campesino, que requiere de alternativas productivas, al mismo tiempo que sufre la presión de grupos armados ilegales que presionan para que cultiven coca.
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