FUENTE: CNN.com
Mohammad, de tres meses, está solo en cuidados intensivos, con la cabecita y el rostro cubiertos de vendajes y tubos conectados a un ventilador. Está solo en cada respiración laboriosa que toma.
Los vecinos encontraron a Mohammad, quien perdió a sus padres en el terremoto de magnitud 7,8 del lunes pasado, y lo llevaron al hospital en el último territorio controlado por los rebeldes en el noroeste de Siria. En las horas posteriores al terremoto, este hospital en Idlib recibió 700 pacientes.
Los pocos hospitales que quedaron en pie después de años de bombardeos de los regímenes ruso y sirio estaban mal equipados para hacer frente a una emergencia de esta magnitud. Las instalaciones médicas en el noroeste se vieron abrumadas y hubo heridos tirados en los pasillos y en los pisos.
El número combinado de muertes en Turquía y Siria asciende actualmente a más de 40.000. El número de muertos confirmado en Siria es de 4.574. Ese número incluye más de 3.160 en partes del noroeste de Siria controladas por la oposición, según el Ministerio de Salud de la autoridad de gobierno del Gobierno de Salvación.
La situación en Siria es totalmente diferente a la de Turquía, donde decenas de países y organizaciones internacionales han ofrecido equipos de rescate, donaciones y ayuda. La entrega de suministros urgentes a las áreas afectadas por el terremoto en el norte de Siria se ha visto complicada por una guerra civil de larga duración entre las fuerzas de la oposición y el gobierno sirio, encabezado por el presidente Bashar al-Assad, acusado de matar a su propio pueblo.
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