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Pikachú, origen de un debate sobre arte urbano en pleno Bicentenario.



Hay memes, burlas, críticas mordaces y un movimiento mayor de visitantes que van a ver el mural del artista español Okuda San Miguel, en la fachada de un antiguo cine de la avenida 24 de Mayo. Quito, a las puertas del Bicentenario, vive una polémica que, por el momento, está dominada por el arte.


No es la obra completa lo que se está discutiendo, ni su contexto, color, forma o trazos. Tampoco se debate si el entorno y el lugar en donde se ubica, una casa patrimonial cercana a la ruina y que tiene ahora un remozamiento de la fachada, sean los adecuados.


Lo que predomina en la tribuna es el Pikachú como sombrero de una de las bordadoras de Calderón, motivo del mural de San Miguel que trajo tanta polémica.


Las posiciones son encontradas, pero predominan aquellas que dicen que se trata de, cuanto menos, de una irreverencia por motivo del bicentenario de la independencia.


“Se está imponiendo una narrativa que no está acorde a la fecha”, dice Bayardo Pérez, uno de los tantos que se detuvo ante el mural. Algo parecido decía otro transeúnte, Juan José Villamarín: el arte debe estar de acuerdo con su entorno. Otros, con un tono nacionalista, reclamaban que por qué se contrató a un español y no a un ecuatoriano para pintar la fachada de una construcción patrimonial que, en realidad, está en camino a la ruina.


Explicación municipal


A la alcaldía de Santiago Guarderas le llegó la lluvia de críticas. Y hay dudas sobre cómo se decidió que esta obra sea finalmente la seleccionada.


Este Diario intentó hablar con Angélica Arias, directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP); pero por temas de agenda no nos pudo atender. Sin embargo, el IMP envió un comunicado en el que aclaró que, si bien está en el marco de las celebraciones del Bicentenario, tiene que ver más con el proyecto denominado ‘CaminArte, Ruta a la Libertad’.


CaminArte tiene como objetivo la intervención urbana para apropiarse de los espacios municipales. Según publica el Municipio, “nació con la línea de mejorar el entorno urbano de toda la 24 de Mayo, pero también de toda la subida hasta la Cima de la Libertad, tan emblemática, ahora por el Bicentenario”.


Voces a favor


Fernanda González, oriunda de Guayaquil, considera al arte como un motivo de admiración, por lo que apoya que en el Centro Histórico se realice este tipo de obras. “Merece este tipo de expresiones artísticas. Creo que debemos mirar todo este tipo de trabajo como una referencia para potenciar el turismo”, sostuvo.


El artista


Okuda San Miguel se llama en realidad Óscar San Miguel Erice. La obra del artista, que ahora tiene 41 años y que pasó de garabatear paredes a convertirse en un referente del arte urbano moderno, no dejó indiferente a quienes han visto su nuevo mural en el bulevar de la avenida 24 de Mayo.


Desarrolló un estilo en el que existe un diálogo constante entre el arte callejero y conceptos académicos. Su obra, que en principio se desplegaba en fábricas y edificios abandonados, empezó a ganar reconocimiento.


Su trabajo más reconocido se centra en obras de gran formato, con figuras de armonías geométricas mezcladas con formas orgánicas que adquieren volumen con una paleta generalmente de colores intensos.


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