Los clavadistas se duchan entre inmersiones, por lo general, solo para mantenerse calientes a sí mismos y a sus músculos. Por lo general, se enjuagan con agua más caliente que la de la piscina.
Las piscinas de buceo bajo techo como la del Centro Acuático de Tokio deben mantener la temperatura del agua a al menos 26 grados Celsius (78,8 grados Fahrenheit), según la FINA, el organismo rector que establece las reglas para las competiciones internacionales de deportes acuáticos.
Por lo general, después de que un clavadista realiza una inmersión, tendrá que esperar una buena cantidad de tiempo antes de su próxima inmersión. La temperatura del aire en la terraza de la piscina puede ser un poco fría, por lo que la ducha puede ayudar a mantener los músculos calientes. Los clavados son un deporte tan preciso y rápido, si el clavadista se enfría un poco y se tensa, realmente podría afectar su desempeño.
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