Sí, ser condenado a prisión es una posibilidad real en estos casos. Y no solo por espiar el teléfono móvil, la tablet, el correo electrónico, el ordenador personal o cualquier dispositivo de tu pareja, sino también el de un empleado, el de un amigo, el de un familiar e incluso, salvo en determinadas y excepcionales circunstancias, el de tu hijo menor de edad.
En la actualidad, el Ecuador cuenta con Leyes que sancionan este tipo de delitos con penas de privación de libertad, los mismos que están reconocidos en el Código Orgánico Integral Penal (COIP). Por ejemplo, se menciona el de «Violación del derecho a la intimidad», el cual conlleva una pena de uno a tres años de prisión.
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