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"Puedes irte si tu marido te pega, pero no cuando el que te pega es tu hijo"

La mayoría de los padres nunca tienen por qué preocuparse de ser atacados por un hijo violento. Pero si sucede, enfrentan un dilema: no pueden simplemente irse y quizá teman que el buscar ayuda tenga repercusiones para el menor. Las investigaciones señalan que el problema muchas veces se queda en las sombras y es mucho más común de lo que imaginamos.


En 2010, investigadores de la Universidad de Oxford, Reino Unido, realizaron el primer análisis de los datos de la policía respecto a la violencia de hijo a padre, y encontraron 1.900 casos registrados en Londres a lo largo de un período de 12 meses.


La profesora de criminología Rachel Condry, que encabezó el proyecto, estima que a nivel nacional hay decenas de miles de casos al año, muchos de los cuales pasan desapercibidos. "Es un problema muy escondido -simplemente hay muchos padres que no se sienten capaces de reportarlo a la policía o no reciben asistencia o no encuentran servicios", afirma.


Frecuentemente, los padres le han contado que soportan años de violencia antes de denunciar a sus hijos y solo hacen el llamado cuando realmente sienten miedo.


Who's in Charge?, un programa que aborda el tema de la violencia de hijo a padre y da capacitación, consejos e información de dónde buscar ayuda en Reino Unido, dice que cuando el comportamiento de un menor se vuelve controlador, amenazante, intimidante o inseguro, deja de ser normal. Aquí hay algunas de las señales a las que sugiere estar atentos:


  • Cambias tu comportamiento para evitar un enfrentamiento con tu hijo.

  • Temes por tu seguridad y la seguridad de otros miembros de la familia.

  • Tu hijo está robando o dañando la propiedad de otros miembros de la familia.

  • Tu hijo te amenaza a ti o a otros.

  • Tu hijo amenaza con hacerse daño o adoptar comportamiento riesgoso: siempre toma en serio la amenaza de autolesión.

  • Tu hijo es cruel con los animales domésticos.


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