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¿Qué animales dominaban el mundo antes de los dinosaurios?



Hace 230 millones de años los dinosaurios todavía eran pocos y pequeños. Por entonces, toda la tierra del planeta estaba unida formando el supercontinente Pangea. La era de los dinosaurios todavía estaba por llegar y hasta entonces vivían bajo el reinado de los rauisuquios: reptiles de entre 3 y 10 metros de largo que dominaron el planeta durante 80 millones de años.


Depredadores que comían dinosaurios

Estos animales de un pasado tan remoto son menos famosos que las especies de dinosaurios como Tyrannosaurus rex o Velociraptor, pero fueron depredadores tan fuertes como temibles. Entre su dieta se encontraban los primeros dinosaurios que surgieron en el planeta y los cinodontes, de los que evolucionaron los mamíferos.


Se han encontrado fósiles de rauisuquios en varios puntos del mundo, pero Sudamérica destaca como el mejor continente para estudiarlos. En el yacimiento argentino de Ischigualasto, también conocido como el Valle de la Luna, se detectaron restos de especies como Saurosuchus galilei o Fasolasuchus tenax. Estos reptiles caminaban erguidos sobre sus cuatro patas y portaban dientes curvos y aserrados para devorar las presas con sus poderosas mandíbulas. Según los expertos, S. galilei pudo medir unos 7 metros de longitud y no descartan que fuera capaz de levantarse sobre sus patas traseras en momentos puntuales. En el caso de Fasolasuchus, los paleontólogos estiman que alcanzó los 8 o 10 metros de longitud, por lo que estaríamos hablando del depredador más grande del planeta antes de la aparición de los dinosaurios carnívoros de gran tamaño como T. rex.


¿Cómo era el mundo que habitaron estos animales?

Los rauisuquios dominaron el planeta hace entre 280 y 200 millones de años. El hábitat de estos grandes depredadores era muy distinto al que las películas suelen mostrar cuando los dinosaurios son los protagonistas.



En el mundo en el que vivieron estas criaturas predominaban los desiertos. Todavía no existían las flores, pero había helechos con semilla, que estaban extendidos por todos los continentes. Al ser reptiles, los rauisuquios podían vivir en estos ambientes muy áridos y de escasez de agua”.


Con todo, el conocimiento que tenemos acerca de estos reptiles y su hábitat es limitado, puesto que el registro fósil no es muy amplio y resulta un rompecabezas extraer la información que ofrecen las huellas. En el sur de Bolivia aparecieron icnitas datadas con 235 millones de antigüedad, huellas asociadas a estos depredadores que caminaron por allí en algún momento del Triásico. Sebastián Apesteguía encabezó un equipo de investigación cuyos resultados se publicaron en 2020 en la revista “Historical Biology”. Paolo Citton, del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología de la Universidad Nacional de Río Negro en Argentina formó parte del estudio y contó que:


“Nos tiramos literalmente al piso y dibujamos todo. Tuvimos la suerte de poder trabajar con trazas bastante informativas: sacamos información por ejemplo sobre el número y la orientación de los dedos y garras, sobre cómo estos animales apoyaban las patas durante la locomoción, y si eran bípedos o cuadrúpedos”.


Los científicos procuran aislar algunas historias y comportamientos entre las cientos de huellas fosilizadas. El rastro de un adulto seguido de huellas más pequeñas permite imaginar a una cría caminando tras alguno de sus progenitores. Y estudios venideros tendrán que fijar su punto de vista en responder algunas de las muchas dudas que nos quedan por resolver. No sabemos si se movían en manadas, si respondían a migraciones anuales y, en tal caso, si solían recorrer las mismas zonas cada año.


¿Cómo se extinguieron?

Pero, como todo reinado, este también llegó a su fin. Estos reptiles se extinguieron hace unos 200 millones de años. Su desaparición dejó nichos ecológicos libres que fueron ocupados poco a poco por los dinosaurios hasta conquistar el planeta.


“Las causas de la extinción de estos animales no son bien conocidas. No ha sido una de las más grandes extinciones pero sí lo suficientemente importante para barrer con los principales depredadores en el Triásico”.



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