Los hábitos alimenticios de los humanos en la Prehistoria han sido durante mucho tiempo objeto de especulación para los arqueólogos. Sin embargo, avances en la tecnología han permitido obtener información más precisa sobre la dieta de nuestros antepasados. Un estudio reciente ha arrojado luz sobre lo que se comía en la Edad de Bronce, específicamente en la región del Cáucaso, hace aproximadamente 4.000 años.
En este estudio, se analizaron residuos de proteínas encontrados en antiguos calderos de cocina que datan de la Edad de Bronce en la región del Cáucaso, que abarca desde el suroeste de Rusia hasta Turquía, incluyendo países como Georgia, Azerbaiyán y Armenia. Los calderos en cuestión pertenecen al período Maikop y se dataron mediante radiocarbono en un período que abarca entre el 3520 y el 3350 a.C., lo que los hace más de 3.000 años más antiguos que cualquier otro caldero previamente analizado.
El análisis de los residuos de proteínas proporcionó información valiosa sobre la dieta de las personas en ese período histórico. Se encontraron pruebas de una dieta variada que incluía:
Ciervos: Los residuos revelaron la presencia de proteínas de tejidos de ciervos, lo que sugiere que estos animales eran una fuente importante de alimento.
Ovejas y Cabras: Las proteínas de residuos también indicaron que se consumían ovejas y cabras, lo que añade variedad a la dieta.
Lácteos: La detección de proteínas de la leche de cabras u ovejas sugiere que las personas de la Edad de Bronce en el Cáucaso también preparaban y consumían productos lácteos.
La evidencia de que los calderos metálicos se usaban para cocinar tejidos de ciervos y animales bovinos (como vacas, yaks o búfalos de agua) proporciona una visión más detallada de las técnicas culinarias de la época.
Este estudio es un ejemplo de cómo la arqueología y la ciencia pueden colaborar para arrojar luz sobre la vida y las costumbres de las civilizaciones antiguas. Nos ayuda a comprender mejor la diversidad y complejidad de las dietas humanas en tiempos prehistóricos y cómo nuestros ancestros se adaptaron a su entorno para sobrevivir y prosperar.
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