La Tierra cuenta con un segundo acompañante durante, al menos, los próximos 4.000 años. Se trata de un asteroide troyano apodado 2020 XL5, de aproximadamente 1 kilómetro de ancho y que se encuentra en el punto de Lagrange L4, según comentan los científicos del estudio que acaba de publicar la revista Nature Communications. ¿Qué es un asteroide troyano? Se trata de rocas espaciales que orbitan en el mismo plano que un planeta, pero no chocan con él porque se mueven en "zonas muertas" donde las fuerzas gravitatorias permiten que la roca circule en un "punto óptimo" precisamente a la misma velocidad que el planeta, convirtiéndose en un acompañante del mismo. Compartirá nuestra órbita alrededor del Sol unos miles de años. Pasado ese tiempo, las interacciones gravitatorias lo sacarán de su órbita actual. Este es el segundo troyano de la Tierra (el primero fue descubierto en 2010, llamado 2919 TK7) y el quinto troyano del sistema Tierra-Sol, pues ya habíamos detectado este tipo de asteroides anteriormente. Los más famosos son los troyanos de Júpiter (que tiene más de 5.000), los primeros en ser descubiertos. “No hay duda de que se trata de un troyano terrestre”, comentó el astrónomo Toni Santana-Ros de la Universidad de Alicante y del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona y líder del trabajo. El segundo asteroide troyano terrestre es tres veces más grande que el primero; el primero, de menos de 400 metros de ancho; este, tiene un diámetro de unos 1,18 km, según los investigadores, que también proponen que se trata de un troyano de tipo C, el más común en el sistema solar, muy ricos en carbono y generalmente oscuros. El hecho de que comparta la misma órbita estable que la Tierra lo convierte en un buen candidato para futuras misiones de sobrevuelo y no tendremos que preocuparnos por el cuándo, debido a la cantidad prevista de años que los expertos creen que permanecerá en esa posición. Su descubrimiento El asteroide fue descubierto por el telescopio de exploración Pan-STARRS1 situado en Hawái en diciembre de 2020. Los astrónomos tenían datos que sugerían que este podría ser un segundo asteroide troyano y las observaciones de seguimiento fueron vitales para confirmar esta teoría. El Telescopio Lowell Discovery de 4,3 metros, el Telescopio SOAR (Investigación Astrofísica del Sur) de 4,1 metros en Cerro Pachón en Chile, y la Estación Terrestre Óptica de 1 metro de la Agencia Espacial Europea en Tenerife en las Islas Canarias apuntaron también sus instrumentos para observar este cuerpo celeste. Finalmente, la combinación de todos los datos dio como resultado la confirmación que esperaban. "Los datos de SOAR nos permitieron hacer un primer análisis fotométrico del objeto, revelando que 2020 XL5 es probablemente un asteroide de tipo C, con un tamaño mayor a un kilómetro", dijo Santana-Ros.
El hecho de que los astrónomos hayan descubierto un segundo objeto como este no muy lejos de la Tierra, significa que 2010 TK7 no es una rareza y que podríamos encontrar muchos más troyanos como él. Y los asteroides son importantes porque sus peculiares órbitas nos pueden ayudar a comprender mejor cómo era el sistema solar primitivo y cómo evolucionó. FUENTE: muyinteresante.ec
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