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Vacuna COVID-19: por qué no hay que saltarse la segunda dosis

Un trabajo que se acaba de publicar en la revista Nature muestra que la segunda dosis de la vacuna Pfizer contra la COVID-19 induce una respuesta muy potente en una parte del sistema inmunológico que proporciona una amplia protección antiviral.


En diciembre de 2020, la Facultad de Medicina de la Universidad de Standford comenzó a administrar la vacuna Pfizer, y el equipo de científicos aprovechó esta oportunidad para realizar su estudio. Seleccionaron a 56 voluntarios sanos y les extrajeron muestras de sangre en varios momentos antes y después de la primera y segunda inyección.


Contaron anticuerpos, midieron los niveles de proteínas de señalización inmunitaria y caracterizaron la expresión de cada gen en el genoma de 242.479 tipos y estados de células inmunitarias independientes. Un componente clave del sistema inmunológico examinado por el equipo fueron las células T: células inmunes que no se adhieren a las partículas virales como lo hacen los anticuerpos, sino que exploran los tejidos del cuerpo en busca de células que presenten signos reveladores de infecciones virales. Al encontrarlos, destrozan esas células.


Además, ahora conocemos la importancia del sistema inmunológico innato, una variedad de células de primera respuesta. “Es el sexto sentido del cuerpo”, explica Pulendran, “sus células constituyentes son las primeras en darse cuenta de la presencia de un patógeno. Aunque no son buenos para distinguir entre patógenos separados, secretan proteínas de señalización que lanzan la respuesta del sistema inmunológico adaptativo: las células B y T que atacan especies o cepas virales o bacterianas específicas. Durante la semana más o menos que tarda el sistema inmunitario adaptativo en acelerarse, las células inmunitarias innatas realizan la tarea fundamental de mantener a raya las infecciones incipientes atacando de manera indiscriminada a cualquier elemento extraño que se asemeje a un patógeno".

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